El lugar donde cada persona se siente segura y en calma, es aquel que llamamos hogar. Allí pasamos la mayor parte de nuestro tiempo y es donde también tenemos todas nuestras pertenencias. Mantener la limpieza y el orden del mismo, es fundamental. A menudo, cuando nos disponemos a acabar con la suciedad de casa, la falta de planificación nos puede jugar más de una mala pasada, pues algunos elementos suelen pasan desapercibidos a ojo inexperto, mientras que en otros invertimos más tiempo del debido.
“Te enseñamos cómo dejar tu casa impoluta en poco tiempo y prácticamente sin esfuerzo.”
Ya sabrás que la energía del hogar depende de muchas cosas, y que cuando es mala afecta a todos. En esos momentos, una limpieza energética siempre es buena idea.
La importancia de mantener el hogar limpio.
Muchas veces llegamos a ver el limpiar y ordenar el hogar como una obligación tediosa. Pero, nos guste o no, igualmente debemos hacerlo; debido a que coexistimos rodeados de sustancias y objetos que pueden ser foco de gérmenes y enfermedades. Y es que mantener un ambiente limpio, trae consigo una gran cantidad de beneficios, para la salud y el confort.
El orden de la limpieza de hogar importa.
Uno de los trucos que más pone en práctica el gremio del hogar es la buena organización, de arriba a abajo siempre, de los elementos a los que hay que quitar la suciedad: de techo a suelos.
Empezamos por el techo
El techo es una de las zonas del hogar que más desapercibida pasa; y, por ello, también es la que más polvo tiende a acumular. Así, cualquier buena limpieza que se precie debe empezar por este elemento, pues es posible que durante la tarea parte de la suciedad que se acumula en esquinas y zócalos acabe cayendo sobre los muebles o el suelo.
Paredes, de arriba a abajo
Siguiendo el orden lógico, las paredes hay que limpiarlas siempre de arriba a abajo con ayuda de un buen aspirador y un trapo ligeramente húmedo que acabe con las manchas, pero sin quitar la pintura. No hay que olvidar que en esta zona de la casa se encuentran también las ventanas.
Muebles y tapicerías, sin polvo
Las tapicerías de sofás y sillas no siempre pueden meterse a la lavadora, por lo que hay que limpiar ‘in situ’ las posibles manchas, roces y acumulaciones de polvo.
Para acabar, el suelo
Una vez que todos los muebles están limpios y no hay posibilidad de que caiga más polvo, hay que limpiar el suelo. Así, lo mejor es empezar por las alfombras si se tienen, para después aspirar o barrer el resto de la superficie, haciendo especial hincapié en las esquinas y rodapiés.
Consejos para realizar una adecuada limpieza.
En los textiles (alfombras, tapicerías, cortinas…) quita las manchas cuando se produzcan, antes de que se sequen.
Si al recoger la ropa tendida la guardas arrugada, te costará más trabajo plancharla. Merece la pena tardar 5 minutos en guardarla estirada y doblada.
En la sala pon fundas al sofá que puedas retirar y sacudir con facilidad y que sean lavables. Te costará mucho menos dejarlo perfecto.
Planifica. Hay tareas que pueden hacerse cada 15 días, como limpiar los armarios por dentro, las puertas y ventanas, sacudir las paredes, repasar a fondo las lámparas… Establece un calendario mensual
Mejor recoge y aspira los lunes, ya sabes que durante el fin de semana los niños están más en casa, o puedes recibir visitas.
Un truco para evitar tener que repasar cuando barres es envolver el cepillo en una media de nailon, recogerás todas las pelusas y polvo en una sola barrida.
Contratar con El Rayo del Amanecer es muy sencillo. Ya que, presumimos de un proceso de contratación inmediato y sin contratiempos. Para el cual, puedes contactarnos a través de nuestro teléfono de atención al cliente o mediante la página web.
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